Huésped nocturno de la planicie. Búho campestre en Villafáfila, Zamora.

Lagunas

Lagunas salinas de Villafáfila manteniendo los usos tradicionales de aprovechamiento ganadero.

Estepas castellanas adornadas de altivos palomares de enfosco de barro y teja árabe, de doradas espigas mecidas en incesante horizonte y despensa de cereal aderezada de un medievo salinero. Lagunas circundadas de halófilos Guarrapos (Suaeda vera), forman el hospicio de la exhausta pluma en devenir viajero. Los tortuosos tarayes (Tamarix gallica) imploran entre linderos desdibujados de avaricia labriega, y la planicie es trilla oceánica con lanar de rastrojera. La nívea rectriz entregada al cortejo de la avutarda (Otis Tarda), asiste ante los pandilleros primillas (Falco naumanni) de rápido aleteo sostenido. Aguiluchos (género Circus) de vuelo rasante y acrobático, se despliegan sobre los gansos (Anser anser) recolectores de aferrados rizomas de castañuela (Scirpus sp). Y entre terrones solazados, la patirroja (Alectoris rufa) aflora el grano de la última cosecha. Un absoluto de historia y presente natural encarnado en Villafáfila (Zamora) como cuna de esplendor diverso.

Este entorno de privilegio, se desborda en cuanto la mirada “malévola” ulula al crepúsculo y acaricia el perfil terroso en vuelo boyante y ondulante. El búho campestre (Asio flammeus) atesora la emoción del naturalista, es el monarca de la rareza y la única nocturna que pierde el plumón sobre una hondonada pratense.

Búho

Búho campestre (Asio flammeus).

Los topillos campesinos (Microtus arvalis) son su principal alimento, micromamífero que en ocasiones se convierte en plaga causando notables estragos en los cultivos de alfalfa, siendo los búhos los principales perjudicados cuando la única gestión a la que recurren nuestras «ilustradas» administraciones es el veneno.

2 comentarios en “Huésped nocturno de la planicie. Búho campestre en Villafáfila, Zamora.”

  1. Otro muy buen texto Carlos, enhorabuena, pero me permito aportarte dos pequeños matices para optimizarlo en dicción. Primero, bajo mi punto de vista, colocar todos los nombres científicos le quita rotundidad al relato, se quiebra la línea poética y podrían ir todos juntos al final, simplemente enumerados para quedar constancia de su identidad latina. Y segundo, cuando entre paréntesis pones «Scirpus spp», no es correcto con dos «p», es solo una cuando sabemos el género y no sabemos el epíteto específico. Lo correcto sería «Scirpus sp. Un ARBAzo Carlos.

    1. Gracias Álvaro por tan acertadas matizaciones. Decirte que personalmente rehuyo de los nombres latinos, pero en este caso, me pareció imprescindible para facilitar la comprensión de los nombres vernáculos empleados.

      Un LOBISOMEabrazo!

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