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Encantadores de emociones, así nos cautivan los lobos, de este modo secuestran nuestros instintos…la naturaleza se torna vibrante en cuanto se desliza un trote acechante y la camaradería es simbolizada en cuadrúpeda lealtad…la pasión acelara el pulso, dilata las pupilas y agudiza el olfato; los músculos concentran la tensión presenciando el estilismo predador. Una vez más, nuestros clientes quedan hechizados. Inma Gabarda, estudiante de periodismo, así nos lo relata:
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