¿Por qué somos diferentes?

CONSIDERACIONES ÉTICAS EN EL EJERCICIO DE LA ACTIVIDAD

El turismo en torno a una especie jamás debe supeditar al interés de conservación de la misma. El término “ecoturismo”, por su nula o escasa regulación, suele presentarse habitualmente en el sector como una mera actividad económica.


El lobo es una especie intensamente perseguida, especialmente en una reserva de caza como es la Sierra de la Culebra. Nuestra sola presencia en entornos sensibles y no manteniendo distancias adecuadas, supone para el lobo el desarrollo de conductas de evasión como consecuencia del estrés, y todo ello puede redundar en una afección a su capacidad para la supervivencia.


El uso de cebaderos (las mayores garantías de avistamiento solo son posibles relativamente por este medio) conlleva una serie de problemas asociados. La habituación de la especie a nuestra presencia puede aumentar su vulnerabilidad ante otras actividades, como es la cinegética, ya sea legal o ilegal (furtivismo), máxime cuando se utilizan los mismos cebaderos para cazarlos, fotografiarlos o para actividades de ecoturismo basados en la mala praxis.


El uso de los cebaderos, de forma puntual o habitual, además de ser una práctica carente de ética E ILEGAL, conlleva otras modificaciones de conducta en los lobos. La caza es un elemento de cohesión de las manadas y el uso de los cebaderos puede suponer la desestructuración de las mismas.

La Sierra de la Culebra se caracteriza por ser, a nivel europeo, un espacio de referencia en el cual los lobos aún depredan sobre sus presas originales, sin recurrir a basuras o a ganado doméstico, por lo que estas prácticas adquieren mayor gravedad si cabe.

 

Si contratas para observar lobo, y aprecias en los animales comportamientos confiados a corta distancia, y/o la preparación de elementos naturales que facilitan la observación, puedes sospechar con suficiente certeza que están siendo cebados para el servicio. Observar lobo en estado salvaje y sin modificar su conducta, acarrea unos índices de visualización más bajos, pero una inigualable satisfacción cuando se producen los contactos manteniendo inalterable su actividad natural.

En Lobisome Naturaleza apostamos por el lobo ibérico y su conservación, y pensamos que no todo vale para obtener rendimiento económico. Nunca hemos usado ni usaremos cebaderos artificiales para facilitar el avistamiento a nuestros clientes, y animamos a denunciar estas prácticas cuando sean observadas.