La Sierra de la Culebra
Escenas de la vida y cultura de la Sierra de la Culebra (Zamora)
Conoce la Culebra de primera mano
La Sierra de la Culebra es un espacio montañoso constituido por un conjunto de elevaciones de mediana altitud, entre los 1.000 y los 1.200 metros (sus picos más elevados son Peña Mira con 1.243m, y el Pico Campanario con 1.020m). Estas diferencias de altitud en un espacio pequeño, determinarán unos notables contrastes en cuanto a distribución de la vegetación; bien en el fondo de los valles, en las cumbres, o en las laderas, y dentro de éstas en función de su orientación de umbría o de solana. El clima es de transición entre el mediterráneo y el atlántico.

Peña Mira, el modesto techo de la Sierra de la Culebra. En la vieja europa, aún lo salvaje campea en condiciones primitivas, la belleza se encarna en aullido, en esquiva sombra o en el sueño cumplido de un encuentro ancestral y mágico…

Límites de vegetación termófila, antesala de la influencia atlántica inmediata, LIC Riberas de la Subcuenca del Río Tera y afluentes. En este caso, discurrir del Río Negro por el límite sur de La Carballeda. Extremo izq. al fondo se aprecia Peña Trevinca, y las estribaciones forman parte del LIC y ZEPA Sierra de la Cabrera, territorio lobero por excelencia y periférico a la Sierra de la Culebra.
Hasta el siglo XVIII, la zona se caracterizó por presentar unas estructuras forestales altamente complejas y diversificadas, con presencia de rebollos o melojos (Quercus pyrenaica), quejigos (Quercus faginea), encinas (Quercus ilex subsp. rotundifolia) y alcornoques (Quercus suber).

La desamortización de bienes comunales en la segunda mitad del siglo XIX, representó una fractura en el sistema de explotación del terrazgo en la comarca. En este espacio los ayuntamientos eran los grandes poseedores de montes de robles y matorrales de brezo, por lo que se introdujeron cambios en el frágil equilibrio que se había mantenido entre agricultura, ganadería y explotación forestal. A partir de mediados del siglo XX hay una evidente recuperación del espacio forestal, proceso que se realiza a partir de la introducción masiva de coníferas (principalmente Pinus pinaster, Pinus sylvestris, y en menor medida Pinus nigra) y en un contexto social de despoblación. La política reforestadora del Estado basada en monocultivos, da una nueva revalorización a las zonas de montaña, y desde 1945 la Sierra de la Culebra se convirte en el área de actuación más importante del Patrimonio Forestal del Estado en la provincia de Zamora.
En 1969 el monte se destina de manera prioritaria a la producción madedera, y de forma secundaria a la utilización social. El proyecto repoblador se dirige a la recuperación de los montes, pero también persiguen la reducción del aprovechamiento ganadero de los mismos, con lo que la inmigración se acentuará y se destinarán estos montes a usos industriales y recreativos, especialmente la caza mayor.

La amplia distribución del matorral en la actualidad está caracterizada por superficies de brezo, preferentemente Erica australis L., favorecida por los habituales incendios y actuando como especie invasora. También Erica arborea L. y Erica umbellata L. (muy relacionada con la producción de miel), teniendo todas en su origen la acción deforestadora del hombre, al instalarse sobre suelos muy pobres y complicando su regeneración como monte primigenio de quercíneas. La relativa calidad natural que conserva la Sierra de La Culebra, ha conllevado su declaración como Espacio Natural Protegido (ENP) por la Red Natura 2000, con una superficie 67.190 Ha, estableciendo un régimen jurídico de protección y regulando los usos y actividades que pueden desarrollarse y que no se cumplen en su totalidad. También está declarado como Lugar de Interés Comunitario (LIC) por su diversa comunidad de brezales y matorrales mediterráneos esencialmente.
La fauna está integrada por al menos 6 especies de peces, 14 anfibios, 14 reptiles, 29 mamíferos y una amplia representación de aves (21 especies recogidas en el Anexo1, Directiva 79/409/CEE y otras 7 migradoras no recogidas en el mismo). Pero el principal interés de este espacio, radica en que constituye uno de los cada vez más escasos ecosistemas del occidente europeo donde el lobo comparte el territorio con una comunidad de ungulados silvestres (ciervo, corzo y jabalí) en estado libre y salvaje, regulada de forma natural por el predador.