Los 10 años de existencia de LobisomeNaturaleza, nuestro pasado en conservación, nuestra pasión naturalista, residir en un entorno con lobos, con sus abundantes y potenciales presas, las salidas de rastreo y talleres interpretativos con nuestros clientes y, la realización de un censo de lobo en la Sierra de la Culebra, Zamora, en el año 2013, nos ha otorgado un profundo conocimiento del territorio, sobre la distribución territorial de los grupos reproductores y su comportamiento por medio de observaciones, pero especialmente por sus indicios. A continuación, recopilamos nuestras publicaciones sobre los hallazgos de todas las pistas que nos dejan nuestros amigos y que nos ayudan a conocerlos. Catálogo de rastros e indicios de lobo ibérico en la Sierra de la Culebra, Zamora.
* Texto en verde, clickear para acceder al contenido.
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Prevaleces efímero,
presente y sin huella,
aunque tu paso te delate.
El planeta te reinvindica,
dice que eres origen.
Está perdido.
Distanciamos el encuentro,
no con el tuyo,
sino con tú espíritu.
«Inspiraciones observando lobos en la sierra de la culebra.»
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Aquí tenéis la manita del único lobato (¿hembra?) de este año (a partir de diciembre los jóvenes se incorporan a la actividad de la manada abandonando los «centros de reunión») y de la manada en la que recae todo el peso turístico interesado en la observación de lobo en la Sierra de la Culebra, Zamora. La hembra reproductora actual reemplazó a la anterior en 2019-20, con la particularidad de presentar baja fertilidad, es el tercer año con tan solo un cachorro. Desde el año 2015, en esta manada se están presentando todos los factores que condicionan el futuro del lobo ibérico. En aquel año, la reserva de caza mató presumiblemente a todos los individuos (aquí os lo contamos: Crónica de muertes anunciadas de lobos en la Sierra de la Culebra, Zamora), se reconstituyó con una hembra consorte muy productiva y, como así parece que determina su biología junto con las amenazas, al quinto año murió comenzando su senectud reproductiva. La escasa fertilidad de la hembra reproductora actual puede estar demostrando las consecuencias de una población que rozó la extinción en la década de los ’70: consanguinidad. Otra incidencia a añadir sin mayores consecuencias fue el incendio de la primavera pasada que afectó a un aprox. 15% de su territorio y que coincidió con la zona del encame paridera (aquí os lo contamos: https://acortar.link/rfJmUh). Tampoco debemos obviar la presión ganadera y, especialmente la que proviene de la desregulación turística, afecciones que indudablemente redundan en la capacidad de supervivencia.
¿Sabéis que existen los lobos esteparios sin origen literario ni escritos por Hermann Hesse?, pues sí, en un ejemplo más de adaptación por parte de los lobos a todos hábitats, Villafáfila, como entorno pseudoestepario, también alberga depredadores provistos de carnicera que capturan avutardas, ánsares…y, especialmente conejo. El excremento que hallamos en esta pista muestra en su composición pelo de este mamífero excavador que aprovecha taludes y edificios decrépitos de mampostería de adobe. Deposición, por cierto, con finalidad territorial por la ubicación y su secreción impregnada por las glándulas subcaudales, y es que en estas fechas (enero) nuestros amigos comienzan con el juego de la seducción.
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Atención a estas huellas de una hembra de lobo localizadas durante nuestros rastreos en la Sierra de la Culebra. Se aprecia un paso irregular con una mano que pisa en una posición anómala, desplazada hacia la izquierda pero también hacia la derecha. Barajamos dos hipótesis:
1) Lesión producida durante las acciones predatorias.
2) Deformidad congénita causada por la erosión genética que la especie acusa por la incidencia de su caza intensiva.
De un modo o de otro, sólo los individuos de especies sociales son capaces de sobrevivir cuando sus capacidades se encuentran mermadas.
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Que virtuosos son los lobos en esto del marcaje territorial, la precisión que demuestran con el esfínter es proverbial. Depositar un excremento, descargar los sacos anales y miccionar, no solo es un acto de necesidad fisiológica, sino también de advertencia. Ser «policía de frontera» te obliga al mantenimiento de las señales. No vale con cambiarlas de lugar, no, hay que ajustar bien la «mirilla», apuntar y restablecer la función visual y olfativa. Aquí tenéis un ejemplo, ¿distinguís el trabajo realizado?.
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Corzo macho adulto con pelaje aún de invierno encontrado en una cuneta atropellado. Por la seguridad de la fauna carroñera, fue apartado de la calzada para evitar posibles atropellos. Y como era de esperar en un entorno con presencia de lobo como es la Sierra de la Culebra, en cuestión de horas fue aprovechado por nuestros amigos extrasensoriales. Sorprende la capacidad de detección que poseen, distinguen moléculas de olor a más de 2 km, y a contraviento a más de 250 m. !Equipación para la superviviencia insuperable!.
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Existen espectros que deambulan entre brumas y matorrales, van en manada y en ocasiones se manifiestan en los crepúsculos. Sus huellas los convierte en físicos, es el trasiego entre dos mundos: el terrenal y el metafísico.
Os mostramos un catálogo de sus «impresiones corpóreas», del sortilegio en distintos sustratos y condiciones de humedad en la Sierra de la Culebra.
Corzo macho adulto con pelaje aún de invierno encontrado en una cuneta atropellado. Por la seguridad de la fauna carroñera, fue apartado de la calzada para evitar posibles atropellos. Y como era de esperar en un entorno con presencia de lobo como es la Sierra de la Culebra, en cuestión de horas fue aprovechado por nuestros amigos extrasensoriales. Sorprende la capacidad de detección que poseen, distinguen moléculas de olor a más de 2 km, y a contraviento a más de 250 m. ¡Equipación para la supervivencia insuperable!.
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La despoblación permite hallazgos sorprendentes: un excremento de lobo compuesto de restos de pezuñas, huesos y pelos de jabalí, fue depositado dentro del casco urbano de una población en el corazón de la Sierra de la Culebra.
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Precioso conjunto de indicios de una lobuna parejita reproductora en la Sierra de la Culebra, Zamora. Rastro izq. macho, dcho. hembra, ésta llega a la intersección, punto estratégico clásico de marcaje territorial, deposita un excremento y posteriormente práctica una rascadura simple con patas anteriores. En este mes (diciembre) en el que se incorporan los lobatos a la actividad de la manada, los marcajes en los extrarradios del territorio se intensifican, labor que recae en su mayor parte en los individuos alfa. La pasión nos empuja al rastreo permanente y la emoción a describirla.
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Un nuevo reto de deducción naturalista, que sabemos que os gustan. Para daros una pista, clickear la nota que aparece en esta pestaña de nuestra web y que publicamos en la revista Quercus:
El lobo ibérico en la Sierra de la Culebra gusta de “primeros con ensalada”. (Nota publicada en el nº 347 de la Revista Quercus).
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Existe la creencia generalizada de que las huellas de lobo y de perro son indistinguibles. Aquí tenéis la mano delantera de un macho de lobo (junto a la llave) frente a la de un mastín de guardia que por la similitud en las dimensiones podrían confundirse. Sobra describir las diferencias. Cierto es que con perros de talla similar a las hembras de lobo podría surgir dificultades en asignar la autoría, pero incluso así las diferencias son apreciables. Ya sabéis que aparte de las esperas de observación también ofrecemos un rastreo acompañado de un taller interpretativo de rastros, indicios y biología del lobo ibérico y sus presas en la Sierra de la Culebra, Zamora.
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Dar altura a los excrementos es un comportamiento en lobos poco frecuente con la función de intensificar el aviso de regencia territorial. Para nosotros suelen pasar desapercibidos en muchas ocasiones; en la fotografía podéis apreciar que apenas resultan visibles, menos aún cuándo se internan en los arbustos. Durante los transectos de más de 400 km realizados a pie en nuestro censo de lobo en la Sierra de la Culebra, Zamora, recorrerlos dos personas ida y vuelta, redujo su indetectabilidad aumentando la fiabilidad en la interpretación del muestreo. En nuestra web podéis descargaros su publicación:
Proyectos – LOBISOME NATURALEZA
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En estas fechas tenemos desatados a los lobetes. Los machos reproductores especialmente, deben avisar de la llegada de nuevos miembros a la manada y, por tanto, el acceso de desconocidos al entorno con un alto nivel de protección está prohibido. Una forma de avisar de que no se está para bromas son las rascaduras. En una intersección, uno de los lugares predilectos para estos menesteres, el empleo de este recurso se presentó intenso, cuatro series, todas recientes.
Todos los indicios de lobo son emocionantes, proporcionan valiosa información sobre su comportamiento territorial principalmente. Como ya sabéis, además de las esperas de observación, también os ofrecemos rastreos y talleres de interpretación de indicios.
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Residir en un aldea de escasos habitantes en la ladera norte de la Sierra de la Culebra, Zamora, en el corazón del territorio de una manada de lobos, nos permite tener un conocimiento sobre la misma extraordinario: uso de espacio, marcajes, zonas de tránsito habitual, restos de presas, audición de aullidos, avistamientos…nos sentimos parte de «nuestra» familia lobuna. Aquí tenéis uno de sus indicios de presencia habituales, que ahora en estas fechas, con cachorros, adquieren mayor intensidad. En los últimos meses estamos constatando además, que los corzos están formando parte importante del menú. Bueno, pues aquí tenéis una cacorra con pelo de corzo típica, «preciosa» y siempre emocionante de encontrar.
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Con una fuerza mandíbular supuestamente similar a la de un oso o una hiena (ángulos orbitales similares, otras fuentes aseguran que hasta 150 kg/cm2) no es de extrañar encontrarse excrementos que demuestran en este caso un consumo en exclusiva de material óseo. Puede tratarse del aprovechamiento último de una presa (ya solo les queda entretenerse con los huesos aprovechando su médula) o de carroñeo. Esta muestra ha sido aplastada por el paso de un vehículo, pero cuando se presentan compuestos, tienen el color blanco que les confiere la liberación del fosfato tricálcico.
Los indicios de lobo nos aportan infinidad de información, su interpretación es fascinante, y en la Sierra de la Culebra, Zamora por la ecología de sus poblaciones tenemos un auténtico laboratorio.
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Cuando los lobos consolidan su territorio de caza, todas las posibilidades las tienen identificadas: puntos de agua, pastos querenciosos, explotaciones ganaderas y lugares de pastoreo, rascaderos, camas, baños de barro, pasajes entre la vegetación, etc…En las fotografías se refleja un punto muy localizado de aguas freáticas elevadas que en verano frecuentan los jabalíes, ¿y quién se come a los jabalíes?, pues los lobos. Ahí tenéis el merodeo impreso en huella en la misma zona. Ah, y hasta los tejones se aprovechan de la remoción del terreno.
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¿Cómo saber si un macho de lobo ibérico, posiblemente de regreso al cubil junto a su hembra después de una intensa jornada cinegética (deducción fundamentada), acaba abrevando en un charcón?, pues detectando un rastro hasta casi desaparecer una vez dejó el agua de escurrir por sus miembros. ¡Vivir con lobos siempre es emocionante!.
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Residimos en el corazón del territorio de una manada de lobos. Sus rastros, de los que estamos siempre muy atentos, nos son cotidianos, y aún así, no dejamos de apreciar el privilegio de su presencia. Y la perfección y belleza de sus huellas. Fijaos que equilibrio presenta esta manita de una hembra en la nieve.
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Sabemos que el mayor sumidero para las poblaciones de lobo es la caza furtiva. A ello hay que sumarle la hasta ahora «legal», la alta mortalidad natural, veneno y atropellos. Y he aquí un ejemplo gráfico de lo cercada que se encuentra la población de la Sierra de la Culebra, Zamora y cómo debe impactar en la dispersión, en el flujo e intercambio de individuos. Para más detalles, la fragmentación del hábitat se produce con grandes infraestructuras como dos embalses, una autovía (más las carreteras secundarias), ferrocarril convencional y línea del AVE (la más impermeable). En la fotografía tenéis un marcaje con excremento (con pelo de ciervo) entre el trazado de la autovía y la del AVE, los vallados perimetrales sin paso de fauna expresos reconducen hasta exponer a estos animales al atropello.
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Con Ana y Álvaro hemos constatado en los rastreos que ofrecemos, como el único cachorro de este año en la manada en la que recae toda la presión turística en la Sierra de la Culebra, aún sobrevive ya incorporado a la actividad del grupo por su territorio. Desde el año 2018, estamos asistiendo al posible impacto en la supervivencia de los cachorros a causa del turismo descontrolado sobre esta familia de lobos y a la presión cinegética ejercida por parte de la Reserva de Caza desde el conflicto ganadero surgido aquel mismo año. Os relacionamos el balance:
2018: 9 adultos, 8 cachorros = diciembre: 4 cachorros.
2019: 5 adultos, 6 cachorros = diciembre: 2 cachorros, enero: 1
2020: 4 – 5 adultos, ¿? cachorros = en diciembre: 1 cachorro.
Por cierto, según las estimas oficiales todas las manadas todos los años tienen de 9 a 11 lobos, que a efectos de gestión cinegética, supone una extracción de individuos ajustada a una población sobrestimada. Ya sabéis que el defensor del pueblo de CyL, gracias al informe presentado por Lobisome Naturaleza, insta a la administración a repetir el censo oficial por su escasa fiabilidad:
Lobisome Naturaleza recibe resolución favorable del Defensor del Pueblo de CyL después de presentar un informe solicitando invalidar el censo oficial de lobo de CyL del año 2012-13. (Nota de prensa).
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Al menos tres jabalíes cruzan una pista a pie de falda en la cara norte de la Sierra de la Culebra, Zamora. La noche fue fría, parcialmente lluviosa y con el ambiente tensionado por el depredador descendiente del Pleistoceno. La tierra húmeda, gráficamente, nos dibuja la táctica urdida por carniceras articuladas de inteligencia. A 25 m, un lobo cruza en persecución; a otros 15 m el segundo, siguiendo la trayectoria del camino, al encuentro, en envolvente, se adentra campo abierto en la misma dirección. El desenlace es un misterio que solo se resuelve con el hallazgo de la carnicería, con el excremento negro de cerdas recias o con los carroñeros de pluma pequeña graznando en nutridos grupos.
Aquí os mostramos como acaba un jabalí después de ser capturado por lobos:
Lobos, jabalíes y, castañas.
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Tu existencia, acompaña de expectación a las nubes moradas y rizadas por el viento. Tu pisada etérea, la lluvia de primavera y la tierra del sendero, es la argamasa que moldea tu figura inadvertida recreada entre emociones, relegada a la certeza metafísica. Eres el transitar por mis ensoñaciones más salvajes hacia un planeta primigenio, el trayecto final de una herencia robada al futuro, de un idilio perdido ya en el tiempo, un hálito de esperanza que se desvanece entre realidades.
Precioso rastro de un macho de lobo ibérico, nítido, cincelado con su peso y con destino a la eternidad de la memoria.
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El lecho de los enmarañados y extensos matorrales de brezos que caracteriza a la Sierra de la Culebra, Zamora, albergan cruentos desenlaces que se repiten infinito por imperativo vital para nuestro carnívoro social. En este caso, la captura de la presa dio lugar a la preparación del festín eliminando el grueso abrigo invernal de su víctima, apréciese el corte de pelo por los incisivos; posteriormente, debieron llevársela dada la ausencia de más restos. El infortunio fue para un corzo y unos días más de vida para los lobos.
Y, cómo se puede deducir, los lobos se procuran sus presas ellos solitos, al margen de los ganaderos y sus animales, así que sentimos desmentir ese mantra de que mantienen a la especie con su trabajo. Fin del cuento.
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Cuando habitas en el territorio de una manada de lobos, descubres que no pasan desapercibidos si prestas atención al alfabeto de su lenguaje: corredores, dirección-salida-entrada-n° individuos por sus huellas, edad (lobatos), sexo; rascaduras simples-completas-con orina/excremento-situación; excrementos composición- situación-con glándula; restos de presas, peladeros, intestinos, gastros…y estos son nuestros preferidos, como p.ej. los desmembramientos. Resulta muy habitual encontrarse las patas que impulsaron la huida (no tanto tan completas, tienen predilección por la articulación de la mano, incluidas las pezuñas) y que no resultaron suficientes para zafarse del carnívoro.
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Durante el periodo de las cópulas, se produce un frenesí territorial que se manifiesta en un repunte con todo el repertorio de marcaje, este precede a la gestación, espacio en el que disminuye drásticamente y, con el nacimiento de los cachorros, comienzan de nuevo a sucederse esos avisos a otros lobos ajenos a la familia de «cuidado que te la juegas forastero». Este año tenemos la impresión de que se han adelantado los partos, ya hemos detectado un aumento significativo del «esfuerzo defecador». Y es que los excrementos en el seguimiento de lobos reproductores es de vital importancia para su estudio.
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En la imagen aparece un mastín, uno de los cinco perros de guarda de un rebaño de cerca de 400 ovejas, alimentándose de los restos de un corzo. El entorno es cazadero habitual de una manada de lobos asentada territorialmente y coto de caza mayor. Cuestionario para avezados naturalistas:
a) El corzo fue cazado como trofeo y abandonado su cuerpo. Los lobos se han alimentado de él y los mastines aprovechan sus restos.
b) El corzo fue cazado como trofeo y abandonado su cuerpo. Los carroñeros, entre ellos los buitres, se han alimentado de él y los mastines aprovechan sus restos.
c) El corzo fue cazado por los lobos y los mastines aprovechan sus restos.
d) Los perros no se alimentan de restos de presas dejadas por los lobos, la causa es otra.
e) La presa fue abandonada por los lobos por la coincidente actividad ganadera y aprovechada por los mastines.
f) El corzo fue cazado por los mastines.
g) El pastor mató al ciervo para distraer a los lobos y así evitar que ataquen a sus ovejas ;-D.
h) El corzo simula su muerte a pesar de haber sido comido ;-D.
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Con la línea del AVE aún en construcción y que atraviesa Zamora, que se recuerde, apenas ha recibido oposición social. Con la mina proyectada para la Sierra de la Culebra, hasta se ha creado una plataforma. Nos parece bien, pero la mayor gravedad la está representando este trazado de Alta Velocidad. Aparte de los vertidos de hormigón en ríos, destrucción de bosques de ribera, masas de quejigos, encinas y robles, entre otros impactos, también hay que sumarle el de la fragmentación de hábitat. Aquí lo ejemplarizamos con un excremento de lobo. A falta de pasos elevados específicos para fauna terrestre, los animales se ven obligados a sortear por las carreteras, con el riesgo de atropello asociado que supone, el impermeable trazado fortificado que representa el vallado de la vía. Nos gustaría tener acceso a la evaluación de impacto ambiental de esta obra, por comprobar como la han justificado.
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El proceso en el que unos organismos se alimentan de otros se denomina cadena trófica o alimentaria. Como consumidores Secundarios o predadores se encuentran los carnívoros y carroñeros como el lobo interviniendo en las poblaciones de hervíboros. La materia de los ecosistemas es limitada y debe reciclarse continuamente, pasando del medio a los seres vivos y de los seres vivos al medio. Todos los que forman una conexión entre lo orgánico y lo inorgánico para que los materiales nutritivos vuelvan otra vez a la tierra y puedan volverse a utilizar son los denominados Descomponedores y entre ellos se encuentran los insectos. Pues bien, aquí os testimoniamos todo el ciclo: un excremento de lobo resultante de una posible depredación sobre corzo aprovechado inicialmente por las hormigas.
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Como nos ha resultado tan divertida vuestra participación en la prueba de deducción que os planteamos, tantas las solicitudes con «queremos más» y, gracias a que los mismos lobetes están teniendo unos días generosos, os vamos a ilustrar y a desafiar de nuevo:
Foto 1. Rastro de la parejita encelada en las inmediaciones de los indicios. Es evidente que están siendo los autores. Izquierda macho, derecha hembra.
Foto 2. Excremento oscuro propio de haber ingerido carne, sangre o vísceras, con pelos negros y recios de otras zonas corporales de un jabalí. (debe ser que se han «cepillado» otro).
Foto 3. Y, he aquí el nuevo reto, ¿recordáis las características del excremento del post anterior?, se admiten todo tipo de fantasías para explicar porqué ha desaparecido el primer excremento.
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Aquí me tenéis, como Lobisome arrastrado por el instinto que te obliga analizar partículas olorosas para evaluar el rango jerárquico, estado reproductivo y si el individuo depositario forma parte de «mi manada». Gracias Enmanuela por la fotografía.
¿Queréis averiguar por qué nos llamamos Lobisome Naturaleza?:
Lobisome: el origen de nuestra seña.
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Hay vida sin existencia,
hasta que la tierra, la lluvia y la noche te moldea.
Y el destino se rubrica con tu paso,
solo oscuro si la luna lo decide.
Dónde tú estás y te fuiste, es dónde me encuentro.
Precioso rastro con mano delantera y trasera de un macho esculpido en una noche de tormenta.
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Nuestros lobetes, es transitar por una intersección, y les da igual que las proporciones sean faraónicas o con asfalto, tienen que dejar claro el dominio territorial. Y por otro lado, esto si que es «arriesgar el culo».
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Lo sabemos, ponemos muchas fotos de rastros, ¿pero decidnos si no es irresistible cuándo éstos son de desplazamientos en grupo?. La emoción nunca te abandona cuando convives con lobos. Huellas de un macho, tres hembras y un lobato.
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Todos sabemos que transitar por espacios despejados de vegetación arbustiva y de piso fácil alivia el esfuerzo, especialmente si eres lobo y la búsqueda de presas te exige jornadas maratonianas. Para ello usan nuestras carreteras, caminos y demás accesos, pero también, en este carácter de «aprovechados», fijan sus itinerarios a los definidos por sus presas. En la fotografía tenéis una trocha trabajada por ciervo, que a su vez, unos cuantos miembros de una manada han utilizado para su desplazamiento. Reconocemos que estos rastros entre la vegetación resultan más emocionantes que los que se encuentran por los caminos.
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Y cuando llega la humedad al suelo comienza el festival de indicios en la Sierra de la Culebra, Zamora. Y es que los guapos se hacen notar en estas condiciones especialmente favorables para el seguimiento. La emoción de compartir espacio con la presencia de lobos es una experiencia muy especial.
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Desde hace dos siglos, se repite el mismo ritual entre herbívoros careados, hombres carnívoros y artesanos del queso, y lobos domesticados: La trasteminancia (trashumancia menor) desde la comarca de Aliste a la Sierra Secundera cruzando la Sierra de la Culebra, Zamora. Siempre atravesando territorios loberos, y éstos siempre acompañando prudentes y ávidos de descuidos a la gran carnicería que son los rebaños. Los antepasados pastores contaban como había lobos a los que personalizaban y les ponían nombre. Les seguían por las carreteras de antaño que eran las cañadas, cordeles y coladas. Lobos flotantes sin duda, quienes aún no tienen su propia manada y la supervivencia es angustiosa; los que, como carroñeros «anticipados», buscan una oportunidad, un animal enfermo, moribundo, un resto al que carroñear.
Os mostramos como aún suceden estos procesos. Coincidimos en nuestras salidas de BTT con el paso de 3000 ovejas retornando a las tierras de partida y, pasada una noche y un día, los lobos ya habían dejado su impronta omnipresente. Continúan con sus hábitos ancestrales de buscar la oportunidad que les puedan brindar los hombres ganaderos.
¿Sabéis que por estos circuitos de fascinante historia os ofrecemos gratis una ruta ciclera a partir de dos esperas de observación de lobo y dos personas?.
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Los espectros dejan su rastro después del deambular nocturno, no es necesario que se manifiesten físicamente, nuestras emociones los recrean.
Precioso discurrir de lobo que invita a la deducción. Las impresiones tienen distinta profundidad, son tres las explicaciones, incluso coincidentes. Os invitamos a un nuevo ejercicio detectivesco…
Son cuatro los factores a determinar: el peso, sexo, humedad del terreno y el tiempo. El tránsito aparentemente corresponde a un macho y a una hembra, el macho pesa más, por lo tanto su impresión es más profunda, pero también el grado de humedad de un terreno limoso depósito de escorrentía es alto. La hembra pesa menos, pero no sabemos si el terreno perdió humedad y si coincidió en el tiempo.
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Vivir entre lobos, detectar sus indicios todos los días, otorga un conocimiento práctico inigualable. Ya sabéis que nuestros amigos en este mes comienzan con las cópulas (marzo), es por ello que el marcaje territorial se intensifica. Los mastines ganaderos además nos retan a discernir entre lo que hacen unos y otros, cuando coinciden los hallazgos se vuelven muy interesantes. En la foto 1, una rascadura con hierba arrancada cercana a una lavándula supera el metro de longitud. A diferencia de los mastines, los lobos se emplean a fondo, el recorrido y número de series duplica a los peludos guardianes. Foto 2. Junto a la misma planta, revoltijo de huellas acumuladas de distintos días, la mayor parte de lobo. Este hito es reforzado habitualmente con orina, y los mastines desafían a sus rivales haciendo lo propio, el investigador Antonio Valverde ya nos hablaba de este comportamiento en su libro Los lobos de Morla.
En definitiva, la parejita lobuna, entre monta y monta, se encuentra paseando acaramelada por su territorio reforzando las «estaciones de advertencia».
¿Queréis conocer más indicios de lobo?, en nuestro blog podéis descubrir como dejan la nieve después de una captura:
La nieve y el lobo, aliados del rastro, en la sierra de la Culebra, Zamora.
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Hemos localizado el encame/paridera (con múltiples restos de alimentación en el entorno) de los dos últimos años de una de las manadas afectadas por el incendio en la Sierra de la Culebra, Zamora, afortunadamente sin cadáveres, lo que parece indicar que de haberse reproducido y siendo en este lugar en el año presente (que hasta el momento desconocemos), han logrado escapar de las llamas. Existen estudios en nuestra vecina Portugal que parecen demostrar que estos fenómenos no alteran especialmente las dinámicas de los lobos, pero sí en cambio los trabajos forestales y de «restauración» que se realicen con posterioridad. No obstante, hay que recordar que los lobos en la Sierra de la Culebra recurren a la vegetación arbustiva autóctona para establecer sus lugares de cría, y que lo que mayormente se ha quemado en el incendio (no olvidemos, 1/3 del espacio), son plantaciones artificiales de pinos con destino a la industria. La desregulación turística enfocada en la especie y especialmente la caza (furtiva o «legal») es la mayor de las amenazas.
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El lobo reúne la mayor literatura científica publicada sobre una especie animal en el mundo, posiblemente también divulgativa, y de esta última existe mucha desinformación creada por la pasión que despierta. Entre las muchas imprecisiones y falsedades que circulan, se encuentra sobre la situación y el momento de producir el marcaje con rascaduras. Un naturalista notable asegura en una de sus publicaciones que este comportamiento se produce en los límites territoriales en época de celo. Nuestra conocimiento acumulado de ocho años en la Sierra de la Culebra, Zamora nos enseña que las rascaduras se producen todo el año y en todos los lugares del territorio, sea en intersecciones, centro o laterales de los caminos, incluso con picos de actividad en el entorno inmediato a los lugares de reproducción. Otra de las creencias que circulan es que el lobo no caza en el entorno de los cubiles. Nuestras observaciones de actividad por indicios nos demuestra precisamente todo lo contrario, la acción venatoria durante el desarrollo de los cachorros se reduce en la periferia de la superficie territorial regentada. Nuestro consejo es que si profundizais en el conocimiento del lobo, recurrais a autores especializados, y mejor si estos son investigadores.
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La rascadura de la imagen es de un 27 de agosto en el área vital del territorio de una manada.

Nuestros «chicos», los lobos de la manada con la que seguimos ofreciendo nuestro servicio de observación turística, están recordando a otros congéneres ajenos a su familia que esto del incendio no es excusa para meterse en casa ajena. Para ello, depositan bien visible en sus corredores todos los recursos disuasorios de los que disponen, en este caso, una buena cacorra con pelo de un delicioso ciervo.

Eternos desenlaces de fortuna para nuestros lobos, pero también para cornejas, milanos reales, buitres leonados, águilas reales, zorros…y su contribución al ciclo del carbono.

Siempre que se presenta algún avance en la conservación del lobo, comienza a circular desde los sectores detractores de la especie los habituales mensajes de alarmismo y mentira. Entre ellos, se encuentran el recurrente avistamiento de lobos por los pueblos o sus inmediaciones haciéndonos creer que si no se les mata serán plaga y un peligro para las personas. Quienes trabajamos con la especie sabemos que los lobos transitan por los pueblos como cualquier otro lugar de su territorio buscando alimento, ayer, hoy y de siempre. Hasta el momento solo está demostrado que el verdadero peligro son las malas bestias erguidas en todas sus versiones. En la fotografía, el rastro de un lobo macho adentrándose en una población en la Sierra de la Culebra, Zamora.
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La impredecibilidad de un tránsito impreso, con el lobo, es certeza. Es perdurable en la memoria, en tus emociones, en las sensaciones que, con su presencia espectral, te evocan un mundo en sus albores. Si amigos, por mucho que se repita su manifestación, cada encuentro, físico o espiritual, embarga lo más profundo de una consciencia que busca lo más épico en contacto con la naturaleza.
* Huella de mano delantera de un macho de lobo ibérico en terreno silício y húmedo con la referencia/escala de una bota talla 46 en la Sierra de la Culebra, Zamora.
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¡Pero con que cacotas más artísticas y bien puestas nos obsequian nuestros lobetes!. En una intersección, reforzando una defecación-hito antigua y como siempre, revelando la dieta. Siempre tan hábiles comunicadores ellos.
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Ya están a tope nuestros lobetes en el mes de marzo, momento de las cópulas. Y los machos reproductores no dejan de manifestar su ardor procreador como ellos saben hacerlo: marcando. Aquí tenéis una rascadura con su correspondiente, en este caso, excremento (en otras ocasiones es orina) Son los prolegómenos de una nueva generación.

Atentos a este rastro múltiple. Uno es nuestro pie del que ya no tenemos que analizar la pisada, somos pronadores y, fijaos en el otro, es el rastro del paso de una manada con un espacio temporal de al menos un día (ayer nieve, anteayer lluvia). En lo sucesivo, el deporte que practicamos lo vamos a llamar «corriendo con lobos en diferido».

Toda especie ejerce su influencia de distintas maneras entre la colectividad de seres vivos que conforman los sistemas naturales. El lobo no es una excepción. El resultado de sus deshechos orgánicos derivados de la depredación, contribuye al mantenimiento de una serie de insectos específicos (también hongos, bacterias…) de las heces que a su vez sirven de alimento a otros animales. Aquí tenéis un claro ej. con la presencia de escarabajos coprófagos procesando un excremento compuesto de pelo de ciervo y materia orgánica derivada de la ingesta de carne y sangre.
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«Por sus excreciones los conocerás». Si, esta podría ser una frase válida para los lobos, especialmente los de la Sierra de la Culebra, Zamora, que depredan casi en exclusiva sobre sus presas naturales. Pero además, quienes nos apasionamos por ellos, deducir sus capturas por medio de sus deposiciones no deja de resultar emocionante. Aquí imaginamos una persecución mortal a una familia de jabalíes o a algún macho solitario, o su escudero, quebrando matorral, resonando en el valle el último resuello y el crujir de los huesos sometidos a las fuertes mandíbulas de nuestro mayor depredador salvaje ibérico…
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Diciembre es tiempo del precelo y enero comienzo del celo del lobo, pero la exactitud de estos procesos hormonales están más condicionados por la coyuntura climatológica del momento. Sea como fuere, este rastro, en nuestra experiencia y que recordemos, es el primero que localizamos con huellas de dos grandes machos y una hembra. Invita a especular si existen tensiones entre machos por emparejarse con la hembra reproductora.
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Antropólogos y biólogos coinciden en que el origen de la domesticación del lobo por parte del hombre moderno se debió al acercamiento de éste a los asentamientos humanos buscando restos de alimentación. Y este comportamiento se mantiene allá donde el lobo aún está presente. Si, los lobos transitan y merodean por los pueblos resultado de su oportunismo y porque forman parte de sus territorios, lugares por lo tanto donde prospectar en la búsqueda de alimento. Las fotografías que os adjuntamos nos ofrecen dos datos valiosos, uno constatando este hecho, y el otro, más interesante, sobre su ecología trófica: es el primero que encontramos con restos de insectos (aparentemente hormigas voladoras), además de pelo de corzo.
Así que cuando ganaderos y cazadores con la intención de justificar la persecución de la especie os digan que la presencia de lobos en los pueblos es el resultado de su exceso de población y que por ello entraña riesgo de ataque a las personas, solo formará parte de su habitual tendencia a la manipulación e ignorancia. Sierra de la Culebra, Zamora.
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Cuando las nieblas amanecen hilachadas sobre las copas sin savia de los robles y las crestas cuarcíticas de vívidos musgos y líquenes, los lobos, aún retoños, de apenas siete meses de existencia, comienzan la aventura de su vida: aprender a ser lobo. Es ahora cuando abandonan el «jardín de los retozos» y dejan de ser cuidados por alguna hembra de desvelos y cuidados cariñosos mientras la manada de desvive por procurarles alimento. La manita de la foto, hallada en el limo que aureola un charco, atestigua este crucial momento en una probable lobata (los machos con esta edad ya marcan poderosamente la uñas).
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Rastro de marcha a ritmo constante utilizado por el lobo para cubrir largas distancias, es decir, el conocido como «trote lobero». Su discurrir rectilíneo y decidido permite un menor consumo de energía al mantener el cuerpo recto en el sentido de la marcha elevándolo en cada impulso. Durante nuestros rastreos apreciamos cómo estos desplazamientos tienen destinos prefijados, se desvían justo a la altura dónde existen densidades o presencia habitual de presas. Y normalmente corresponde con huellas de machos presumiblemente con estatus de reprosuctor, lógico sabiendo que son los mejores conocedores de su territorio y de las técnicas de caza. Destaca también que en los desplazamientos por pistas, especialmente si van en solitario, buscan la cobertura vegetal de los márgenes, todo un recurso para pasar lo más inadvertidos posible.
La sombra y la huella caminan juntas sin consciencia de ser la misma. El sigilo y la cautela quedan inscritos en el barro.
¿Queréis descubrir sus rastros pero en esta ocasión sobre la nieve y después de cazar?, consulta esta entrada de nuestro blog:
La nieve y el lobo, aliados del rastro en la Sierra de la Culebra, Zamora.
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Cada vez es más patente el refuerzo de los hitos territoriales de la manada en la que el incendio finalizó en sus límites, lo están convirtiendo en un campo minado de excrementos cuando en estas fechas lo habitual es que este «esfuerzo defecador» se produzca en el radio más inmediato a donde se encuentran los cachorros. La única explicación plausible debe estar en las incursiones de la manada adyacente afectada de lleno por el suceso. Estas circunstancias pueden prever un aumento en las observaciones.
En la fotografía, un marcaje reciente dónde más les gusta a los lobetes dejar sus advertencias: en las intersecciones.
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Ascender hasta lo más alto que un acceso permite en la Sierra de la Culebra, Zamora regentando territorio como macho reproductor, exige coronar con honores especiales. La intensidad del marcaje que os mostramos en las dos fotografías demuestra sexo, rango y alta territorialidad en un lugar posiblemente conflictivo con los límites. La serie se inicia con una rascada con las patas traseras, deposición en planta y rascada final más intensa con mayor presión de las glándulas plantares. Intimida a cualquiera. Los indicios que dejan los lobos son fascinantes aportando valiosa información.
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Interpretar los rastros de tránsito de los lobos, exige ser minucioso para confirmar su autoría, es decir, hay que analizar el máximo de recorrido para determinar como la textura, la humedad del suelo y las características propias del individuo, condiciona su impronta para no confundirla con cánidos domésticos. En este caso, la huella (mano de un macho) aislada que os mostramos, aparentemente no parece que sea de nuestros amigos por sus dimensiones y forma, pero lo es, demostrando la impresión que causan en ocasiones por su tamaño y el impacto del peso según la marcha.
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Os mostramos la impronta de nuestras dos pasiones conjuntadas. ¿Sabéis que si hacéis dos esperas de observación de lobo con nosotros en la Sierra de la Culebra, Zamora y traéis vuestras bicis de montaña, os regalamos una ruta interpretativa sobre la trashumancia y el lobo?. Aquí os lo contamos:
Otras propuestas.
PD. Las manitas son de una chica loba, la adelantada es la trasera.
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En la fotografía se presentan dos excrementos, el primero, no muy antiguo, esponjado por la lluvia de días atrás, probablemente resultado del apurado de un corzo ya aprovechado con anterioridad (la cantidad de pelo demuestra escasa ingesta de carne), es remarcado por otro excremento (fijarse en el segmento compacto situado en el centro del volumen) de un probable aprovechamiento de la misma presa y, claramente producto de comportamiento territorial (además la mucosa demuestra que es reciente). Llama la atención la precisión del esfínter al apuntar ;-D. Con las distintas cantidades y composición se podría especular con el sexo o rango de l@s individu@s, si es que son dos y no el mismo, pero es muy presuntuoso hacerlo. Seguro es que la parejita consorte está de paseos amorosos por el territorio cumpliendo con sus quehaceres de marcaje, es a ellos a quienes les corresponde esta labor.
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Entradas relacionadas (clickear en el texto):
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– El lobo y sus amorios en la Sierra de la Culebra, Zamora.
– Lobos, jabalíes y, castañas, en la Sierra de la Culebra. Zamora.
– La nieve y el lobo, aliados del rastro en la Sierra de la Culebra, Zamora.
– El lobo, “hacedor” de biodiversidad en la Sierra de la Culebra.
– Inspiraciones observando lobos en la Sierra de la Culebra.
Maravillosa recopilación!
Gran trabajo, muy interesante, Carlos. Gracias por compartirlo
Impresionante merci por seguir