Como ya sabéis, Lobisome Naturaleza lo componemos dos personas dinámicas, vocacionales y altamente comprometidas, es por eso que nuestros intereses abarcan toda manifestación de lo vivo.
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Simpatía vivaracha de un adulto de Petrel de Bulwer.
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Nuestra última implicación, ha supuesto una entrega de energía y capacidad de resistencia considerable, no en vano, hemos permanecido aislados dos meses en una isla deshabitada sin ninguna de las comodidades a las que estamos acostumbrados.
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Marta y Carlos durante los escasos momentos de comodidad que se gozaban en los muestreos y toma de datos biométricos.
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Nos desenvolvíamos por un entorno de relativa peligrosidad debido a lo abrupto del terreno, y en el desarrollo de nuestro trabajo, terminábamos muy avanzada la madrugada. En realidad, estas dificultades terminaron siendo anecdóticas y rápidamente fueron superadas por la intensidad arrolladora que aflora de la pasión por la naturaleza.
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Adulto de Paíño Común. Nunca era suficiente la necesaria delicadeza para manejarlos.
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Pollito de Petrel de escasos días en la estancia pétrea de su hura.
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Costa volcánica, rodado hábitat de nidificación del Petrel de Bulwer.
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Perenquén majonero (Tarentola angustimentalis). Su vertical pupila no dejaba de espiar entre las huras.
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Nuestra presencia en Montaña Clara, perteneciente a la Reserva Integral de los Islotes del Parque Natural del Archipiélago Chinijo (Islas Canarias), se produce debido a la tesis doctoral con Petrel de Bulwer (Bulweria bulwerii) que está desarrollando Marta, cofundadora de Lobisome.
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Lugar de morada durante los dos meses que transcurrió nuestra estancia en la isla. Cuatro paredes porosas de rugido marino, volátiles arenas y vociferio pardelero.
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La Bisbita caminero (Anthus berthelotii) proporcionaba las únicas melodías paser de la isla… junto a sus “correcaminos” desplazamientos.
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Está considerada una especie amenazada por sus escasos efectivos y por las agresiones que sufre la vida marina en general: la contaminación y la sobreexplotación de recursos.
La “perrita de mar”, como la llaman los canarios aludiendo a su voz (el caso es estar relacionado con los “cánidos”, jaja), es una pequeña ave marina que solo recurre a tierra firme para nidificar; es el océano Atlántico en la región Macaronésica el lugar elegido para ello.
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Precioso Halcón de eleonor en vuelo. La acrobacia es la razón de ser de esta especie.
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Pollo de Halcón de eleonor sorprendido entre Tabaibas (Euphorbia balsamifera). Pobre, ¡menudo susto!.
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Furibundo pollo de escasos días de Pardela cenicienta.
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Sorprendido adulto de Halcón de eleonor cercano a su insospechado y custodiado nido.
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Las voces de los Zarapitos trinadores (Numenius phaeopus) repicaban a nuestro paso por la costa nocturna.
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Parte de los patrones migratorios que se registran en el océano Atlántico terminada la reproducción, se localizan en las costas de Brasil y Venezuela, 6000 kms que recorren en escasos 10 días desplegando las velas de sus alas empujadas por los vientos marinos.
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Águila pescadora (Pandion haliaetus) o “guincho” en vuelo. De escasa presencia, sus apariciones eran todo un acontecimiento jubiloso.
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El trabajo de campo se centró básicamente en la localización de las huras situadas principalmente entre los grandes guijarros que componen las playas de la isla, realizando tareas de anillamiento, toma de muestras, mediciones, pesado y seguimiento de la reproducción. La actividad se complementó con el seguimiento de una pequeña colonia de Pardela Cenicienta (Calonectris diomedea) y con el anillamiento en red de Paíños comunes (Hydrobates pelagicus).
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Aparente subadulto de Halcón de berberia o tagarote (Falco pelegrinoides), siempre despertando la territorialidad de los irritables halcones marinos…
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Nuestros protagonistas nocturnos no fueron los únicos habitantes de tan recoleta y pequeña isla volcánica de 2,7 km². Las pocas horas diurnas de las que podíamos disponer despúes de dedicar la mayor parte al sueño y al reposo, las empleábamos en las frias y salitrosas sesiones de baño junto a los erosionados materiales magmáticos castigados por el mar y a la exploración naturalista. Los Halcones de eleonor, dueños y señores del volcán marino, acapararon la mayor parte de nuestro interés, sus continuos “raids” aéreos en grupo determinaba el paisaje de la atormentada roca acantilada.
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Descubrimos que nuestros petrelitos terminaban su existencia con nobleza, los fieros y bellos halcones se ocupaban de ello.
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Cerca de 60 días en contacto íntimo con la naturaleza más salvaje y exclusiva de Canarias, deja impresas sensaciones primarias y sentimientos genuinos, esguinces de dedos y piel bronceada, sobrecarga muscular e introspectiva existencial….los anhelos quedaron en repetir la aislada pertenencia a la tierra y el mar.
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Para el cangrejo moro (Grapsus ascension) no existe verticalidad entre la roca y el mar.
Enhorabuena por aprovechar esta dura oportunidad. En alguna ocasión he estado fotografiando petreles y parderlas y se lo difícil que es moverse en esos entornos por la noche.
Ojalá esa tesis contribuya a la toma de decisiones más acertadas para su protección y la de sus hábitat.
Espero algún día poder acercarme al norte de España y usar esos servicios para el avistamiento y la fotografía de lobos.
Un saludo desde Gran Canaria.
Gracias Miguel Angel. Hace falta muchísimo esfuerzo destinado a la conservación de nuestros mares, la situación comienza a ser crítica. Y aquí te esperamos para cuando puedas venir. Saludos.
Muchas gracias por compartir estas bellas imágenes de nuestra querida naturaleza.
Gracias a ti Jose Carlos por mostrar tu agrado. Saludos.
Preciosa experiencia! Gracias por compartirla! Espero ver los resultados de la tesis! Seguro que son muy interesantes 😉
Gracias Lanzatoreña de adopción, serás de las primeras en conocerla…
Fantástico trabajo y gran relato. Leer cosas así de la pluma de personas tan comprometidas da gusto. Un fuerte abrazo amigos
Paco Amigo, que te voy a decir, cuando eres tú el maestro…¡un fuerte abrazo!
Preciosa publicación y enorme el trabajo que hacéis,soy un apasionado de las aves deseando formarme en esta profesión.
Adelante Emilio, se necesitan muchas manos para proteger la naturaleza…
Tremendo lujo, felicidades por el trabajo.
Gracias Daniel. Así es, un privilegio. Saludos.